La crème brûlée o crema quemada es un postre de origen francés que consiste en una crema cuya superficie se ha espolvoreado de azúcar con el fin de quemarlo y obtener así una fina capa crujiente de caramelo. Se prepara y sirve en recipientes individuales como el ramekin o en cazuelas muy pequeñas. A menudo se aromatiza con vainilla, licor, semillas o especias.
Fue hacia 1691 cuando aparecen las primeras menciones en Francia, en el libro de cocina "Nouveau cuisinier royal et bourgeois" de François Massialot, acerca de una crema dulce hecha a base de leche y huevos, y así, con pocas variaciones llega la créme brûlée hasta nuestros días como un placer irresistible, y además muy fácil de preparar.
Ingredientes:
- 500 ml. de nata líquida
- 400 ml. de leche entera
- 150 gr. de azúcar
- 12 yemas de huevo
- 1 rama de canela
- Azúcar moreno (para requemar)
Elaboración:
1º En un cazo poner a hervir la leche y la nata junto con la rama de canela.
2º Una vez que hierva, retirar del fuego, tapar el cazo y dejar reposar durante 30 minutos para que infusione la canela.
3º Precalentar el horno a 100ºC.
4º En un bol batir las yemas con el azúcar y, poco a poco, agregar la leche y la nata colándola previamente.
5º Rellenar unas cazuelitas refractarias con la mezcla y tapar la superficie con film de plástico resistente al calor.
6º Hornear la cazuelitas durante unos 90 minutos aproximadamente.
7º Retirar del horno y dejar que la cazuelitas enfríen.
8º Espolvorear la superficie con abundante azúcar moreno y requemar con un soplete de cocina.
¡¡Y así de bien ha quedado esta crème brûlée!!
Que sensación tan estupenda, escuchar el clac al romper la capa de caramelo con la cuchara.
Espero que hayáis disfrutado de esta crema francesa.
Un besito -Sandra von Cake-
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